En los últimos días son varios los deportistas que nos han preguntado cómo planificamos un cambio de temporada dentro de la dinámica de ADN Ciclista.
- ¿Pensamos en vacaciones?
- ¿Antes de las vacaciones planteamos un desentreno o quizás una última carga de entreno?
- ¿La pretemporada incluye mucho entrenamiento cruzado o quizás más incidencia de gimnasio?
Aquí tienes algunas opciones de cambio de temporada que solemos plantear…
Tabla de Contenidos
Temporada con muchas carreras
En el caso de hacer una temporada completa, con bastantes carreras y acabar bastante saturados, lo que planteamos es hacer una bajada de volumen (desentreno) de unas dos semanas antes de hacer el cambio de temporada.
Si la última prueba de la temporada es un reto de mucha resistencia entonces planteamos una semana de descanso-vacaciones tras la carrera y después poner las dos semanas de desentreno.
Después del desentreno acostumbramos a poner una semana de vacaciones (en casos excepcionales dos) y ya estamos listos para empezar la pretemporada
Temporada con pocas carreras
En los últimos años nos gusta usar un nuevo planteamiento sobre el cambio de temporada que se basa en acabar la temporada haciendo un trabajo variado de unas cuatro semanas y donde en ocasiones ponemos algo de intensidad.
Este planteamiento nos sirve para compensar las competiciones que no se hayan disputado durante la temporada y hacer una subida en el rendimiento, para que después de las correspondientes vacaciones, en vez de empezar de cero, se empiece desde 2 o 3.
Tras estas cuatro semanas de trabajo variado también incluimos una semana de vacaciones igual como en el caso anterior.
Cambio de temporada imprevisto
Esta situación ocurre cuando un deportista tenía previsto alargar la temporada un par de meses y por ejemplo se cancela la última carrera de la temporada.
También puede ser el caso en el que un deportista ha ido entrenando y compitiendo de manera irregular y decidimos volver a arrancar una nueva temporada haciendo un trabajo más organizado.
En este caso nos gusta poner un par de semanas de trabajo de técnica combinado con algún estímulo de intensidad libre, de esta manera hacemos un reset de coco y el deportista se queda con la sensación de que en mitad de temporada está haciendo un trabajo distinto y recuperando las sensaciones.
En este caso, el tema de la semana (o dos semanas) de descanso ya responde más a un tema psicológico que no físico, y hay varias opciones posibles para hacer el cambio de temporada.
Deportista que empieza de cero o casi
También es válido para los deportistas que me comentan que ellos ya han hecho su período de vacaciones y que ya están en condiciones de empezar la nueva temporada.
En este caso, como la carga de entrenamiento acumulada ya se ha reducido, lo más habitual es que arranquemos ya con un trabajo de pretemporada o bien de adaptación en función de las características del deportista.
Resumiendo…
Como puedes ver, el planteamiento de una temporada es muy flexible y nos gusta que siempre venga definido por las competiciones que ha hecho el deportista, así como su estado de saturación.
Lo que sí que intentamos hacer como norma general sobretodo en los deportistas que ya llevan meses trabajando con nosotros es que el mes de octubre lo dedicamos a preparar el final de temporada (evidentemente siempre que el deportista no tenga competiciones en ese mes y posiblemente tampoco en noviembre).
Hacia finales de octubre o principios de noviembre nos gusta darle una semana de descanso (máximo dos en el caso de deportistas muy quemados) para recargar las pilas.
A principios o mediados de noviembre nos gusta estar ya trabajando en la nueva temporada para que nos de tiempo a hacer un primer incremento de la carga antes de las vacaciones de Navidad, ya que de esta manera volvemos a tener la situación que tras las navidades el deportista en vez de empezar en 2 o 3 de forma pueda hacerlo en 5 o incluso 6 (pensando en una escala del 1 al 10).