Seguro que alguna vez te ha pasado que «no te encuentras bien» y mientras estás entrenando entras en una espiral en la que «cada vez te encuentras peor», o por lo menos igual de mal.
Es completamente normal y ocurre sobre todo a los deportistas que piensan mucho.
De hecho, hay varios estudios que indican que para algunos deportes concretos, es mejor «no pensar» y a mayor rendimiento más importante es saber «desconectar».
A modo de curiosidad, debes saber que si el coeficiente de inteligencia promedio se encuentra entre 85 y 100, se rumorea que Ian Thorpe (el nadador australiano) tenía un valor inferior a 80 y que Michael Phelps estaba muy cerca de un valor de 70.
Es importante decir que hay que ir con cuidado con estas tablas de CI ya que se basan en unos tests muy concretos y es posible que un deportista profesional, al estar tan «especializado» en una cosa, no sea tan habilidoso en otras.
Aun así no deja de ser curioso que este par de campeones olímpicos tengan tanta «facilidad» para «dejar de pensar» mientras nadan y solo estar pendientes de ir a tope.
¿Cómo solucionamos el momento de debilidad en el que sentimos que «no tiramos»?
Aquí debemos diferenciar si se trata de un tema físico (calambres, mareos, entrenar sin comer) o bien de un tema más psicológico (que nos parece que no vamos bien y nos recreamos en esa idea).
Generalmente, muchos de los ‘bajones’ que tenemos son debidos a motivos más psicológicos, por eso el comentario anterior de que esto les ocurre a los deportistas que piensan mucho.
Hay deportistas que tienen la facilidad de desconectar, de mirar el entorno, de hablar con los compañeros, de «ir a su bola», y en esos casos se ha comprobado que hay menos momentos de ‘bajón’.
Una estrategia que recomendamos para recuperarte de los momentos de ‘bajón’: pensar en la eficiencia.
El razonamiento es el siguiente: si me encuentro mal y pienso que me encuentro mal, entonces lo único que hago es gastar una cantidad extra de energía (mental) para recrearme en la idea de estar mal. Si encima esa energía no la destinas a mantener el ritmo, entonces es normal que baje.
Sin embargo, si en el momento que te encuentres mal, te concentras en mejorar tu técnica de carrera, o tu pedaleo , o tu brazada, o tu respiración lo que estarás haciendo por un lado será: dejar de pensar (aunque no siempre lo puedas conseguir totalmente) que estas mal y sobretodo destinarás tu energía a solucionar un problema biomecánico.
Un buen ejemplo de cómo puede solucionar esta situación (vivencia personal de uno de nuestros entrenadores)
“El otro día estaba corriendo y tuve uno de esos momentos de sentir que no iba bien. Lo primero que hice fue inconscientemente bajar el ritmo, y al cabo de un rato sentía que no estaba mejor y que además iba más lento. Entre en una espiral en toda regla.
Así que empecé a concentrarme en sentir cómo pisaba, si entraba con el pie plano, muy de puntillas o si estaba mucho tiempo en contacto con el suelo. Lo siguiente que pensé una vez estaba tomando consciencia de mi pisada era si estaba muy encogido, así que me obligué a estirar la espalda y correr un poco hacia arriba.
Al cabo de un rato me sentía un poco mejor, pero no fue porque esta evasión mental me sirviera para recargar energía sino que fue porque llegó una bajada. Evidentemente, como todos vamos rápido en bajada ya se acabó ese momento de debilidad mental y pude continuar corriendo.”
Como puedes ver no se trata de una fórmula mágica, ya que es posible que en la siguiente subida se volviera a encontrar mal. Pero sí que se trata de una técnica para evitar entrar en una espiral negativa y llegar al punto de aborrecer la sesión que estés haciendo.
Así que si en algún momento sientes que tienes un ligero bajón, ya puedes empezar a pensar en algún elemento de técnica, respiración, eficiencia o incluso pensar solo en llegar hasta la siguiente marca que está a unos metros de ti y después la siguiente marca. La finalidad es «desconectar» del pensamiento negativo.