Cuando llegamos al final de un año, todos rellenamos una nueva lista de objetivos e intenciones.
Para algunos ciclistas, esta lista a menudo toma la forma de una nueva “temporada”, a menudo con objetivos basados en el tiempo o carreras más largas y más desafiantes.
El problema es que al establecer solo objetivos basados en un resultado, pasamos por alto la gran cantidad de factores que influyen en todo el proceso, y estos son realmente esenciales para definir tu éxito personal.
Considera el siguiente proceso de tres pasos para ayudarte a ver el panorama general:
Visualiza el éxito
Se trata de la vista general de tu año. Cuando imaginas tu próxima temporada hasta el final (incluyendo sentirte satisfecho y exitoso), ¿cómo lo ves? ¿estás de pie en un podio? ¿estás terminando una carrera de resistencia? En esta etapa, estás mirando la imagen general.
Intenta ir más allá de las relaciones públicas y piensa qué significa para ti sentirte exitoso. A veces, el éxito puede ser haber dormido lo suficiente, comer bien y sentir la satisfacción diaria del deporte y la socialización. Tal vez el éxito para ti significa que estás contento con tu cuerpo, persiguiendo pasiones y teniendo suficiente tiempo para pasarlo con tu familia y amigos. Cada persona es diferente en este punto, pero es esencial visualizar quién eres cuando te sientes exitoso para que puedas comprender tu “destino” ideal antes de desarrollar tu objetivo y forjar un camino hacia él.
Fija tus metas
Las buenas metas deben considerar la posibilidad de alcanzarlas (deben ser desafiantes pero no abrumadoras), el tiempo (establecer plazos razonables y permitir el proceso), la flexibilidad (tener un rango de metas), la inspiración (cómo te hacen sentir) y enfocarse el proceso (ten en cuenta los pasos a lo largo del camino).
Puedes dividir tus metas en dos categorías básicas:
- metas cuantificables, específicas y medibles
- procesos no específicos, emocionales, subjetivos u objetivos globales
Los objetivos específicos podrían incluir la finalización de la carrera o el evento, los tiempos de finalización, los valores de potencia, el ritmo, la velocidad, el peso y la consistencia del entrenamiento general. Las metas no específicas pueden incluir felicidad contigo mismo, confianza, resiliencia, control del estrés, satisfacción y bienestar general. Cuando escribas tus objetivos, puede ayudarte el dividirlos en estas dos categorías.
Define tu camino
Después de dedicar tiempo a visualizar y desglosar tus objetivos estacionales, es hora de hacer un mapa de tu viaje. Una ruta fácil es anclar tu temporada en torno a carreras y eventos. Elige tus eventos con anticipación (está bien dejar un espacio flexible) y añádelos en un plan de entrenamiento o calendario anual.
Los objetivos no específicos se pueden registrar en un documento almacenado para facilitar el acceso. Recuerda, el cerebro favorece la rutina. Para convertir un objetivo en un hábito, debes ser consistente. Está bien compartir tus metas con los demás si te motiva. Tu ruta debe ser divertida. El deporte es mucho más que una actividad de una sola vez, es una forma de existir.
Recuerda que éste es tu viaje. Defínelo, y luego apóyalo. Las redes sociales son geniales de muchas maneras, pero no cuando sientes una presión negativa para actuar porque otras personas están sintonizando tu progreso. Acepta todo el viaje, celebra el éxito en el camino y probablemente te encontrarás logrando metas, aceptando desafíos y fallos ocasionales y sintiéndote positivo en todo momento.
Empieza bien el año nuevo visualizando tu propio éxito personal, estableciendo objetivos específicos y no específicos alcanzables razonables y mapeando una ruta que te llevará por un terreno desafiante y divertido en tu viaje hacia el éxito.
(fuente: Carrie Cheadle)