Te acercas a la línea de salida y tu estómago comienza a revolverse. Los nervios previos a la carrera tienden a despertar tus demonios internos.
Estos demonios te dicen cosas inútiles como:
- ¿Qué estás haciendo?
- No estás listo para esto
- Fíjate en el físico de este otro ciclista… no tienes nada que hacer
Antes de que te des cuenta, estás entrando en espiral en un mundo de negatividad, que en última instancia puede dañar tu rendimiento. Todos los que compiten experimentarán algunos nervios antes de la carrera, pero afortunadamente hay cosas que puedes hacer para controlarlos mucho antes de que comiencen, guardando tu energía para lo que realmente importa.
Encuentra tu motivación
Dedica un poco de tiempo al comienzo de tu ciclo de entrenamiento pensando en tu razón para enfrentarte al desafío en primer lugar. Esto no solo ayudará a mantenerte centrado durante el entrenamiento, sino que también puede usarse como un “botón de encendido” cuando esos nervios previos a la carrera amenazan con arrastrarte hacia abajo. Una vez que conozcas tu motivación, acuérdate de ella. Incluso puedes escribirla con boli en tu brazo el día de la carrera…
Repite un mantra
Al igual que tus recordatorios de motivación, los mantras son declaraciones cortas y poderosas que te ayudan a centrar tu mente en tiempos difíciles (por ejemplo, “mantén este ritmo “) antes de la carrera (y durante) para ayudarte a mantenerte calmado y centrado.
Mantén un registro de entrenamiento
Si estás leyendo esto, es probable que ya estés realizando un seguimiento de tu entrenamiento para optimizar el rendimiento, pero tu registro de entrenamiento también puede ser un poderoso contrapeso a los nervios previos a la carrera. Registrar tus datos de entrenamiento, recorridos, hitos y cómo te sentiste durante cada uno puede ayudarte a aumentar la confianza de forma incremental.
Agrega elementos específicos de carrera en tu entrenamiento
Eso significa que debes comenzar a practicar, comer los alimentos que planeas comer y comenzar tus sesiones de entrenamiento a la hora del día en que comenzarás tu carrera. De esta forma, el día de la carrera sabrás qué esperar, reduciendo tus posibilidades de sorpresas desagradables. Es posible que te sorprendas de cómo simplemente reducir las incógnitas puede reducir tus nervios.
Prepara tu piloto automático
Prepárate. Asegúrate de tomarte el tiempo para planificar toda tu logística, incluido el alojamiento, la comida, el transporte, el circuito, los horarios, etc. Deberías sentir que estás en piloto automático durante los días previos a la carrera. Después de todo, la energía consumida en improvisaciones es energía que no puedes usar para pedalear.
Reconoce hasta dónde has llegado
Revisa los registros de entrenamiento y los hitos conseguidos; puede ser una agradable sorpresa ver cuántas horas/kms ya has completado. A menudo, los nervios son el resultado de una sensación de falta de preparación, pero los números registrados pueden ayudarte a reafirmar que estás listo para la tarea que te espera.
Define objetivos A, B y C
Es bueno estar al tanto de tus objetivos de “día perfecto” (cuando todo sale al 100% el día de la carrera) pero también debes tener objetivos B y C (para cuando te encuentres con reveses menores o mayores). Estar preparado para adaptarte a cualquier situación a lo largo del día te ayudará a mantener la calma y rendir tan bien como puedas, incluso cuando los planes salen mal.
Visualiza
Dirígete a la línea de meta y crea una imagen mental; imagínate terminando fuerte, acercándote a los últimos kilómetros en el día de la carrera, empapándote de los ánimos del público y sintiéndote en buen estado. Cuanto más activamente llenes tu cabeza con imágenes positivas, menos se llenará de imágenes negativas.
(fuente: Steven Moody)