Tarde o temprano, es inevitable que suceda: tendrás una mala carrera o un abandono. Llegarás a la línea de meta y te sentirás abrumado, decepcionado, frustrado, incluso enfadado.

Cuando un plan de carrera se ejecuta bien, rara vez miramos hacia atrás y preguntamos: «¿Cómo pudo haber ido aún mejor?» En cambio, levantamos bien alto la cabeza y nos preguntamos: «¿Qué tengo que hacer para reproducir este sentimiento en futuras carreras?».

Pero después de una serie de buenos resultados, una mala carrera puede ser aplastante. Entonces, ¿cómo nos podemos reponer después de un rendimiento pobre? Trabajar a través de estas cinco preguntas te ayudará a avanzar con una comprensión clara de por qué sucedió y, lo que es más importante, cómo puedes avanzar.

¿Qué salió bien?

En el momento de calentón, es fácil permitirse pensar, «Nada salió bien; fue un desastre total». La mayoría de las veces, sin embargo, eso no es cierto.

Una vez que hayas tenido tiempo para pensarlo, después de un «período de reflexión» apropiado, por así decirlo, pregúntate: ¿Seguiste mi plan de nutrición? ¿El ritmo de la carrera era el que habías entrenado? ¿Te sentiste más fuerte durante la carrera que antes? ¿Corriste lo más lejos que pudiste?

En otras palabras, comienza por identificar los resultados positivos de su carrera. Esto te ayudará a destilar la imagen más grande del bien contra el mal. Debes recordar que aprendes del fracaso: la experiencia es lo que te ayuda a mejorar. Si no entiendes lo que sucedió durante una mala carrera, no puedes disfrutar plenamente de tu éxito.

¿Qué hiciste para hacerlo bien?

Esto puede sonar similar a la primera pregunta, pero se trata de lo que hiciste antes de la carrera: ¿Cómo te preparaste para el éxito? Como dice el refrán… «El fracaso en la planificación está en planear fracasar».

¿Qué hizo tu equipo para ayudarte a que esto funcionara sin problemas? ¿Qué hizo tu entrenador para ayudarte a sentirte bien? ¿Cómo te preparó para la carrera tu preparación (entrenamientos, carreras o recuperaciones)? ¿Cuáles son las piezas controlables que manejaste bien? Tal vez seguiste tu plan de entrenamiento al pie de la letra, te aseguraste la nutrición y obtuviste el ritmo más constante hasta la fecha. Toma notas de cómo te sentiste y por qué, para que puedas replicarlo para futuras carreras. El pasado es el mejor maestro para tu futuro. No mires solo una mala carrera como la suma de un todo; mira las piezas.

¿Qué no estaba del todo bien?

Has establecido lo que salió bien, así que ahora toca buscar qué se pudo haber mejorado. Evita declaraciones generales como «Todo» o, incluso, «Todo mi plan de nutrición / motivación / entrenamiento fue incorrecto».

Este es un gran lugar para retirarte en el lado emocional de tu entrenamiento. ¿Cómo te sentiste cuando las cosas empezaron a ir mal? ¿Qué acciones (o inacciones) precipitaron estos sentimientos? La identificación de estos sentimientos, incluso los pequeños dolores o gruñidos aparentemente menores, puede proporcionar una idea para mejorar tu plan de entrenamiento para la próxima vez. Por ejemplo, ¿esa pequeña punzada en la garganta significa que tienes sed o que estás forzando el ritmo? Diseca tu diálogo interno aquí para que puedas traducirlo mejor en el futuro.

¿Cuál es el mejor escenario posible?

¿Cómo y cuándo algún problema / error / percance te alejó de tu plan de carrera ideal?

¿Perdiste tu bidón en el avituallamiento? ¿No te sentías seguro en la subida donde planeabas cambiar el ritmo? ¿Te atrapó un compañero que nunca pensaste que te alcanzaría en los últimos kms de la carrera? Define dónde divergiste de tu estado ideal para que puedas verlo en el futuro.

¿Qué pasos puedes tomar para mejorar?

Aquí es donde puedes avanzar y establecer tus intenciones futuras. Esta parte es excelente para discutir con tu entrenador, amigos y compañeros de entreno.

¿Deberías tomar más sales para evitar la deshidratación? ¿Necesitas beber más durante las carreras en condiciones calurosas? ¿Necesitas comer antes del comienzo de un ascenso? Usa estas preguntas para establecer tus intenciones y saca conclusiones: «Comeré más antes de comenzar un ascenso importante en una carrera, lo que me ayudará a sentir mayor confianza”. Luego, incorpora esos pasos en tu entrenamiento.
Hay momentos en que una carrera va mal debido a condiciones fuera de tu control, como una tormenta que aparece durante una carrera o una caída masiva que te impide terminar. Pero salvo desastres imprevistos, usar estas preguntas para analizar la situación puede ayudarte a avanzar.

También pueden ayudarte durante una carrera. Cuando puedas estar concentrado en una carrera, te encontrarás pensando en cómo todas estas piezas deben encajar. Los mejores planes de carrera son adaptables, los mejores ciclistas saben lo que se debe hacer para rendir incluso en los peores días.

Lo que ganamos en nuestros días más difíciles es la experiencia: el mejor maestro para el éxito futuro.

(fuente: Andrew Simmons)